lunes, 6 de marzo de 2017

Qué difícil resulta a veces hallar el camino de vuelta a uno mismo. Nos empeñamos en adaptarnos a otras vidas y lo que late dentro deja de ser lo más importante. Cómo si pudiésemos escoger qué sentir y cuándo hacerlo, y eso fuera a hacernos felices realmente.
¿En qué momento dejamos de gritarle al mundo?

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